Cardenal Copete Rojo, Paroaria coronata
Es residente
Es residente
Poema de Marcelino M. Román 1944:
De gris azulado y blanco se trajea el cardenal y en su copete llamea sangre de aurora y ceibal.
Gallardías de buen mozo hay en su porte vivaz y en su vivir desenvuelto confiada felicidad.
Tejiendo su blando nido también se sabe portar y en cuidar a los pichones se afana como el que más.
Chacotones en las abras varios se suelen hallar y se trenzan barullentos como queriendo pelear.
Mil matices del paisaje en su gorjeo se dan.
Dorados días fragantes, rumor del monte natal.
Como cantor de los buenos, el secreto manantial de las claras melodías él ha sabido encontrar.
Lo florido y lo radiante descuellan en su cantar, columpio de altos ramajes en la fiesta matinal, sonrisas de sol y cielo y alegría vegetal.
Gloria pura de una vida dichosa en su libertad.
De gris azulado y blanco se trajea el cardenal y en su copete llamea sangre de aurora y ceibal.
Gallardías de buen mozo hay en su porte vivaz y en su vivir desenvuelto confiada felicidad.
Tejiendo su blando nido también se sabe portar y en cuidar a los pichones se afana como el que más.
Chacotones en las abras varios se suelen hallar y se trenzan barullentos como queriendo pelear.
Mil matices del paisaje en su gorjeo se dan.
Dorados días fragantes, rumor del monte natal.
Como cantor de los buenos, el secreto manantial de las claras melodías él ha sabido encontrar.
Lo florido y lo radiante descuellan en su cantar, columpio de altos ramajes en la fiesta matinal, sonrisas de sol y cielo y alegría vegetal.
Gloria pura de una vida dichosa en su libertad.